7 nov 2009

Metro prejuicioso

Un prototipo más, una cara linda y una ropa costosa, sí... No hay más nada... "Me arreglo, y me voy"... ¿y después qué?, un vacío cerebral que se acompaña inmediatamente con una sonrisa contagiosa... Sigo mi camino, la veo, la estudio, sin ver nada interesante... Un maquillaje de televisión y los dientes más blancos que jamás haya visto... De repente, observo... Sí, está entrando en el metro, hmmm... seguramente dañó su costoso carro y no pudo hacer otra cosa...

Continúo, seguimos en el mismo camino y me pregunto porqué mi suerte decidió colocar tan vacía persona ante mis ojos el día de hoy... Entra la anciana, ambas sentadas, yo la miro a ella, ella mira a la anciana; sin dudar, cede su puesto y pienso en mi interior: "seguro la próxima es su parada".

Sigue el camino, tres paradas más allá seguimos en el mismo vagón, ella parada, yo sentada, leyendo como de costumbre, probablemente he leído más esta semana de lo que ella ha leído en su vida entera.

¡Lo que faltaba!, el indigente entra a pedir limosna, no soy capaz de invertir mi tiempo en subir la mirada para alguien cuya motivación más grande probablemente sea la droga... Otro prototipo que detesto. Seguramente, la portadora del perfume que invadió todo el vagón y de la pinta de actriz tampoco lo vea, es lógico, si yo, una persona pensante, no lo hace menos ella, que debe estar pensando en qué color de uñas va mejor con su tono de piel. Volteo para corroborar que mi intuición es cierta... Me sorprendo al ver que inmediatamente buscó lo que tenía para darle, mientras éste, sin poder verla por su ceguera, la bendecía...

Algo sorprendida, debo admitir, llega mi turno de bajarme, mi sorpresa es mayor al ver que se dirige al mismo sitio que yo... Me tropieza, seguramente a propósito y automáticamente mi boca suelta hasta lo más inimaginables insultos, ella sólo sonríe, sí, está ensimismada, es el centro del Universo en su mente.

La sigo y de repente se detiene, toma de su cartera una cantidad de papeles para repartir, probablemente promocionando alguna marca de maquillaje. Me acerco y tomo uno, decía:

"Haz como yo, no oigas a quien juzga". Sociedad de sordomudos de Venezuela.

Sí, soy yo... un prototipo más, el prototipo prejuicioso que siempre odié...

Fabiola Ferrero.

2 comentarios:

  1. Que placentero y "fresco" se me hace leerte, de verdad que sí.

    Ya estás en mi GReader, ojalá pueda seguir leyéndote más y más :D

    Un beso Fa.

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