13 sept 2012

Los 10 aromas de Caracas

    Los buenos:


    Panadería: ¿Quién no ha pasado por una D’anubio, por ejemplo, y pensó en gastarse todo lo que tenía en un dulce recién horneado? En cada esquina caraqueña hay una de estas maravillas que te provocan inhalar el aroma a cachito y a lengua e’ suegra. Uno de mis olores favoritos.


   Tierra mojada: Sobre todo cuando Caracas está “en esos días”. Más bipolar que nunca. Nos regala 40 grados en la mañana y en la tarde un huracán. Después de eso queda este aroma que engancho de inmediato con mi infancia. Me hace sentir cierta nostalgia y por alguna razón, me provoca salir a jugar y no puedo. Un olor que suele impregnar el Ávila, el Parque del Este (sí, aún lo llamo así), La Estancia, y cualquier sitio con grama.

Comida: Unas fritangas, unas horneadas o a la plancha. Lo cierto es que los locales gastronómicos de nuestra ciudad nos regalan una variedad extensa de aromas: Desde restaurantes estilo La Castañuela, pasando por las ferias de los Centros Comerciales y terminando en los puesticos en plena calle –de perro calientes, hamburguesas, cachapas, maíz con mantequilla- TODOS nos dan hambre.


Gasolina: Depende de con quién hables. Para mí, entra en "los buenos".No podía faltar este perfume siendo un país petrolero. Para unos es desagradable y para otros –como yo- es un olor fascinante que hace de llenar el tanque del carro, casi una experiencia religiosa.


El tres en uno: Sudor, fruta y matas. Hablo del Ávila. Nada como bajar lo más majestuoso que tenemos, con agua de la montaña en nuestro termo, directo a comernos una tizana, con los zapatos llenos de tierra y una gotita de sudor por el cachete.


   Ahora, los malos:


Cloaca: Suele aparecer en nuestras pituitarias cuando estamos en un carro con nuestros amigos y todos volteamos buscando “quién fue”, hasta que algún genio recuerda que fue Caracas. Este aroma traspasa cualquier vidrio. Así sea de un auto blindado, créanme.

Orina: Este aroma suele venir acompañado con un personaje particular que pasea descalzo en el asfalto que es a la vez su casa, cocina y por supuesto… su baño.

 Humo: De lo que quieras: cigarrillo, carro accidentado, pero el más conocido: el de camionetica. Esta estela viene con un sonido aterrador de corneta que penetra el tímpano para hacerte brincar de susto mientras vas tranquilo por la acera. Viene también con un letrero que tras una buena capa protectora de polvo deja leer frases como “Tu envidia me fortalece”, “En honor a mi abuelo” o una genial –inventada por mi novio- “Trágate mi humo”.


   Basura: No hace falta caminar mucho para encontrarnos con esta fragancia. Viene acompañada de un chorrito que sale de una bolsa negra, que se asemeja a la mezcla de todos los colores que uno hace cuando es niño. Es decir, no sabes si es morado, verde oscuro o gris, pero ahí está, tomándole la mano a una esencia característica de nuestras esquinas.

Violín: Si no me crees, viaja en el metro.



¿Cuál es -para ti- el aroma de Caracas?