24 abr 2013

Diseñadores caraqueños en busca de nuevas vitrinas


Por @FabiolaFerrero

      Los organizadores de mercaditos se plantean una evolución conceptual para mantenerse entre las opciones de distracción de los caraqueños

Andrea Monroy y Teodoro Moya tomaron la primera idea para comenzar su línea de ropa en Marruecos. Dos jóvenes universitarios que vieron una posibilidad de diseño en un par de pantalones de tiro largo y colores tierra se aventuraron a modificar la pieza para el trópico. No pasó mucho tiempo para que el juego de crear ropa para sus amigos se convirtiera en dos tiendas que hoy tiene la marca Columpio.

Hubo dos cosas que nos impulsaron: nuestra constancia y los mercados de diseño” dice Teodoro Moya. La constancia sigue intacta, pero lo segundo es cada vez más difícil de encontrar en Caracas.


         Entre 2005 y 2010, el crecimiento de mercados de diseño en Caracas fue notable. Lo mismo ocurre hoy con su decaimiento, que abre paso a otro tipo de eventos y obliga a los diseñadores a buscar nuevos métodos de promoción.

Hace 8 años, Lucía Lizardo buscaba indagar en el diseño venezolano que en ese momento comenzaba a crecer y los emprendedores tenían sus ideas listas para ser mostradas. Guayoyo Mercado de Diseño representó una vitrina perfecta para ellos y comenzó así, “la ola de los mercaditos” en Venezuela.

Quería hacer una plataforma que fuese más allá de la compra y venta” comenta la creadora del primer mercado de diseño de Caracas. Poco tiempo después, la idea de brindar un lugar a los diseñadores para mostrar sus productos, recuperar espacios y hasta lucrarse de la tendencia que había llegado, terminó por multiplicar los eventos de este tipo.


Pocas son las marcas que han logrado tener su tienda.

Entre los mercados de diseño que surgieron están Guayoyo, El Mercadito de la Plaza, El Tarantín, Lollypop y Talento Venezolano. Muchos otros fueron colocados dentro de este concepto siendo en realidad bazares, aunque la idea surge del mismo lugar. La palabra significa “el lugar de los precios” y uno de los más conocidos se lleva a cabo desde 1455 en un palacio de Estambul, con más de 2000 expositores.

Hoy la diferencia está en que en el bazar “no necesariamente eres diseñador sino que viajaste y trajiste artículos” explica Jacqueline López, coordinadora del portal ExpoBazares.com.  Lo que representa una diferencia fundamental en los estándares de calidad de los productos presentados en estos.

Para participar en un mercadito, los diseñadores deben cumplir con requisitos como ser diseñador venezolano y ofrecer un producto de manufactura también criolla,  con un concepto y calidad que fueran atractivos para el público. Otros más exigentes como Guayoyo, tenían en sus condiciones un reto (normalmente social) que debían cumplir para cada edición y ofrecer al menos un producto de bajo costo.

Esta idea funcionó durante varios años, pero la disminución de las vitrinas para diseñadores ha sido evidente.

Calidad, no cantidad

Al comenzar lo que los organizadores y diseñadores llaman el boom de los mercaditos, cada nombre realizaba entre 3 y 4 ediciones por año. El Mercadito de la Plaza, que comenzó en 2009 y hará su décimo cuarta edición en mayo, venía realizando una convocatoria trimestral. La última que realizaron fue en mayo de 2012.

 Guayoyo (después llamado solo Mercado de Diseño), se realizaba desde 2005 con la misma frecuencia que el primero. Posteriormente pasó a hacerse dos veces anualmente por la ausencia de su organizadora. El último evento  fue en 2011, aunque se plantea su regreso. Por el contrario, “Talento venezolano” llevado por Georgina Doumat, aún se mantiene con regularidad, en mayo es su décima edición y se realiza ahora en fechas como el día de la madre y meses previos a navidad. Como se ve en el gráfico, diciembre es un mes importante.
Gráfico. Eventos realizados por mes en Caracas (2012) fuente: ExpoBazares




Para mayo de este año, se espera que El Mercadito de la Plaza también regrese, así como Vitrina Safrisca, Summer Garage y Vintage Market que tienen diferencias de estilo y conceptos. Por lo que se nota una estabilización en los mercados de diseño. Con tiempos más amplios entre ediciones pero con propuestas más sólidas.

En 2012, como se ve en el gráfico, los mercados de diseño comenzaban a tener menor frecuencia, mientras las exposiciones y los bazares se mantenían como actividades recurrentes. Pero aunque la periodicidad ha disminuido, la convocatoria sigue siendo –para estos mercados- exitosa. Mucho de esto tiene que ver con que no solo la oferta debe ser variada por parte de los expositores, también los organizadores que aún realizan mercaditos de diseño se han replanteado los conceptos para brindar a los caraqueños una propuesta completa.


Gráfico. Tipo de eventos realizados en 2012. Fuente: ExpoBazares



Guayoyo, como pionero, complementaba la exposición y venta de piezas con conversatorios, charlas y retos. Mientras que el Mercadito de la Plaza inició para recuperar espacios. “Decidimos hacerlo en plazas y eso era gratuito” comenta Patricia Rosas, organizadora. “Queríamos servir de plataforma para los diseñadores”, agrega, pero luego los fines de semana en estos espacios abiertos traían a los caraqueños, además, música y gastronomía. “Después entendimos que para que el evento fuese atractivo tiene que ser un ente integral donde diéramos varias opciones” cuenta la organizadora.

Pero la novedad no se limita a espacios abiertos, las locaciones cerradas también se prestan para innovar. Doumat realiza “Talento venezolano” en el Centro Comercial Millenium. Para ella, una pasarela permite enseñar de forma distinta los productos venezolanos, manteniendo siempre un filtro riguroso de expositores.

Así, los conceptos iniciales fueron evolucionando en algunos casos mientras que en otros, aparecieron oportunidades de negocio sin una idea que argumentara el evento y posteriormente perdieron vigencia. “El mercadito prolifera porque es una entrada de dinero muy fácil para los organizadores” comenta la diseñadora Ela Maldonado, quien asistió a muchos mercados antes de comenzar a rechazar las opciones que no tenían la calidad necesaria.

El negocio provenía del costo de la mesa para cada expositor, que podía ir desde 350 Bs. hasta precios más elevados como 2000 Bs por el fin semana. Hoy, pueden llegar a 7000 Bs. por dos días. Sin embargo, no necesariamente el tarantín más caro es la mejor vitrina, ni la ganancia más duradera.

Para Lizardo, las alianzas eran una forma de crear un evento de calidad con costos asequibles.  “No es una producción sencilla, teníamos muchas alianzas para cubrir los gastos y  no recargar a los diseñadores”, puntualiza. Con menor precio por mesa, presentaba conceptos novedosos como la creación de un juego para enseñar inglés en escuelas públicas (alianza que se dio con el British Council).

¿Fueron los mercaditos una “moda”?

“Las crisis representan oportunidades de creación” cuenta Patricia Rosas. Esa fue una de las razones que la motivó a crear El Mercadito de la Plaza. Adaptar la tendencia de países como España o Argentina ayudó a generar conocimiento sobre el diseño que se hace en Venezuela. Pero al expandirse la idea, también se dejó atrás la innovación en muchos casos.

“Hubo mucha propuesta y el mercado se saturó” comenta Moya, quien al igual que Maldonado, opina que la idea se usó hasta que perdió lo novedoso. “Al principio vas porque son originales y son distintas a todas las demás”, pero esta diseñadora vio la transformación de “el punto de encuentro de todos los fines de semana” en un estancamiento conceptual por parte de muchos organizadores.

Pero la oportunidad le llega a otros venezolanos. Mientras los mercaditos con mayor diversidad de oferta se mantienen, hoy la tendencia que se empieza a ver es de eventos gastronómicos, según la coordinadora de ExpoBazares. Actividades como Degustávila dejan ver características similares a los mercados: toda la familia puede pasar la tarde, es un evento hecho por gente joven y sin demasiados recursos que brindan calidad en productos hechos en Venezuela. La periodicidad de este evento es bianual.

La convocatoria se mantiene entonces alrededor de la producción criolla y con condiciones similares (como diversidad de opciones en un solo evento), pero se amplían las propuestas para equilibrar el diseño. Se suma numerosas y nuevas actividades en espacios abiertos y cerrados, que proporcionen distracción y calidad a los caraqueños.

 ¿Una nueva oportunidad de negocio? Puede ser, pero como los mercaditos, su permanencia dependerá de los conceptos detrás de estos. "Mi mercado se mantendrá porque voy a ofrecer cada vez cosas mejores" es la premisa de Doumat.

Para Lizardo, todo evoluciona de forma natural. “Lo que queríamos aportar  iba más allá de lo que ya habíamos logrado y por lo tanto nos parecía importante parar para replantearlo”, cuenta. Por lo que aquellos que ofrecían beneficios extra al público (actividades, gastronomía, música,) y a los expositores (buena promoción, seguridad, comodidad) son los que siguen siendo para los diseñadores, su opción segura.

La creatividad es pensar más allá de los límites y cuestionarlos” opina el autor John Newbigin. Y eso fue lo que los jóvenes artistas enfrentaron al comenzar “la ola” de mercados, y que hoy, al llegar a la orilla, deben volver a hacer.

Siempre encuentro una salida” es lo que responde Maldonado al verse frente a una crisis. Hoy, su principal vitrina se encuentra en la red. Páginas como Sucucho.com permiten exponer y adquirir las piezas de múltiples artistas con la comodidad de comprar vía internet. Es el mercadito virtual de hoy.

Por su parte, la marca Columpio, que consiguió la mayoría de sus compradores actuales en los años del boom del diseño venezolano, hoy también migra al ciberespacio para promocionarse ellos mismos. “Hay que estar presente en la web”, comenta Moya.

“Cuando eres joven y emprendes no tienes mucho que perder, hay que seguir un poco los impulsos. Por más rara que sea tu idea, ejecútala” finaliza el creador de los pantalones marruecos, hoy dueño de dos tiendas.



OÍDO CARAQUEÑO:




Le preguntamos a varias personas sus opiniones y preferencias de los mercaditos de diseño. Esto fue lo que nos dijeron.



"Sembrando diseño" 
La marca Columpio realiza la labor social "Sembrando diseño" donde se lleva enseñanzas y herramientas a jóvenes en penitenciarías venezolanas.
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El conocido músico PTT Lizardo, fundador de La Misma Gente y padre de la organizadora del mercado Guayoyo, Lucía Lizardo, necesita de nuestra ayuda para su recuperación.

Un grupo de diseñadores venezolanos decidió tomarse el asunto en sus manos, así que han juntado fuerzas para organizar una rifa poniendo cada uno sus productos de diseño

PARA AYUDAR:

Por cada Bs. 200 que dones, recibirás un número para participar en la rifa de tres (3) combos, cada uno con once (12) productos de diseñadores venezolanos.No hay un monto límite para tus donativos, simplemente recuerda que sea en múltiplos de Bs. 200: por ejemplo, si donas Bs. 400 tendrás 2 números participantes en la rifa.
Puedes realizar tus aportes a través de Transferencia o Depósito Bancario a:
Bancaribe 
Cuenta corriente
Lucía Lizardo Araujo
0114 0186 45 1860019520
CI V 13339632


Premios

Se ofrecen tres (3) premios que consisten en combos de productos que incluyen franelas, accesorios, piezas de decoración y más. En total 36 piezas de 12 marcas venezolanas: Hot Chocolate, Vanessa Boulton, LIB:LAB Objetos de Papel, Taller El Desvelo, burunDANGA, Libelula, Juanita Antonorsi, Ciudadela Creativa, Bará Duo, Oh! Nena, Muuza y PaPuSa.

Fechas y Condiciones Generales de la Rifa

El período de recepción de donativos que califican para la rifa se extiende desde el miércoles 3 de abril del 2013 hasta el viernes 17 de mayo de 2013.




PARA MÁS INFORMACIÓN: http://www.facebook.com/events/133000760216776/