15 ago 2012

Todasana: Pescado y tostones.



Entre las curvas interminables se asoma una inmensidad azul que te deja sin aliento y te deja indeciso entre el miedo que provoca la altura de la carretera y las ganas de lanzarte de un chapuzón a la celeste fábrica de brisas.

Kioscos de madera, restaurants con 3 opciones de platos –todos de pescado- y el extinto “Museo de la verdad” de Luis Kafella, albergan entre ellos trozos de infancia que aunque son típicos en todos los pueblos de Venezuela, los encuentro realmente peculiares.

Los “aislados” pueblerinos me muestran sus niños morenos, en interiores, con la panza “pa’ fuera”, descalzos y sin miedo a caminar entre insectos -valentía que no yo no tengo- y con toda su diversión encharcada en un río y en un deporte comiquísimo: pescar cangrejos. Me sentí menos aislada que nunca.

“Yo ya no puedo volver a la ciudad”, nos dice el surfista encargado de nuestra posada que fue vomitado por San Antonio para dejarlo en este rincón de paz. Su cara siempre sonreída, barbuda, bronceada, cabello largo y aspecto descuidado pero no tanto, acompañado por el torso casi siempre desnudo (como los niños del río) me cuentan que aquí ni la ropa hace mucha falta. Más bien, sobra.

Pienso que yo también quisiera tener esa vida, pero que tal vez, necesitaría algo más que pescado para mantenerme feliz. Pescado y tostones por todas partes. No podría.

Después de unas cuantas olas y también unas caídas –que bastante gracia le causaron al surfista de la zona- nos retiramos pasando los puentes de colores y viendo de nuevo la misma carretera con vista al mar que, luego de 3 días, ya se sentía como nuestro patio.

El sol inclemente que vamos dejando atrás abre paso al clima lluvioso y deprimente de Caracas mientras las matas descuidadas tapaban el camino que –celosamente- quería seguir tendiendo para mí por unas horas más.

Ahí se quedan, aisladas, las barriguitas parasitadas, pidiendo peaje, disfrutando lo “poco” que Todasana tiene: mucha tierra, agua y viento. Más que suficiente.

Fabiola Ferrero

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